Periodista: Prensa An / Fotografo: Prensa An
Durante las honras fúnebres del líder revolucionario David Nieves en el Palacio Federal Legislativo, el presidente de la AN, diputado Jorge Rodríguez, ofreció sus palabras de despedida al fundador de la Liga Socialista destacando el humor permanente y la fuerza inclaudicable que lo caracterizaba, a pesar de que la dictadura puntofijista se ensañó especialmente en su contra.
El parlamentario subrayó que David Nieves fue uno de los revolucionarios más torturados por la dictadura que se estableció en el país por 40 años. “Ese expediente salvaje que se instauró, torturó y asesinó, por miles, se ensañó especialmente contra el cuerpo de David. A pesar de ello, de ser probablemente el más torturado de los revolucionarios en Venezuela, jamás pudieron con su sonrisa, humor, valentía y profundas convicciones”, señaló.
La máxima autoridad del Legislativo recordó a David Nieves cuando contaba episodios de la tortura como una anécdota más. “Una vez le pregunté qué hacía en ese momento y me respondió que, cuando podía, se burlaba de sus torturadores, pero cuando no podía les mentaba la madre”. El diputado resaltó que ante la presencia del guerrillero siempre se instalaba la risa.
Con nostalgia comentó que Nieves era un hombre humilde así como un escritor avezado, demostrado en su libro La Tortura y el Crimen Político. Recordó las tardes en Caricuao con Nieves, cuando llegaba con una torta y sus chistes o juguete. “Era muy difícil pensar que él y su hermano inseparable, Jorge Antonio Rodríguez, estaban siendo perseguidos. No parecía que estaban en eso. Siempre el chiste y la anécdota a flor de piel”, apuntó.
Contó que Nieves había sido brutalmente torturado en Tacoa, Catia La Mar, en donde lo mantuvieron 10 días desaparecido. Rodríguez mencionó que una vez que los esbirros asesinaron a Jorge Antonio, su padre, la dictadura no tuvo más remedio que informar que tenían a otros revolucionarios detenidos, entre ellos a David Nieves, Marelis Pérez Marcano y el poeta Juan Medina Figueredo.
Narró que en septiembre de 1976 vio llorar por única vez a David Nieves. De visita con su familia a los revolucionarios en el Cuartel San Carlos, el dirigente de izquierda le dijo que Jorge Antonio era su hermano. Con este relato, el diputado concluyó diciendo: vengo a darte las gracias David y a decirte que me llevo tu sonrisa eterna en el corazón.
